CAMPO CUATRO

INDIRA EN LA UdeC

Uno de los actos más importantes de Indira Vizcaíno en los últimos días fue su rencuentro con el rector de la Universidad de Colima, Christian Torres-Ortiz Zermeño, el miércoles 7 de julio de 2021.

La presencia de la gobernadora electa en la Rectoría encierra un mensaje político que ha sido interpretado de diversas maneras por columnistas y actores políticos, algunos de ellos voceros oficiosos de la comunidad universitaria.

Más allá de las lecturas interesadas que se le quieren dar al evento, lo que trasluce la fotografía de Indira y Christian es una buena relación personal, y la promesa de un trato institucional cuando ella asuma la titularidad del poder ejecutivo.

Como futura gobernadora, Vizcaíno Silva estableció el diálogo con quien tiene la autoridad académica y política en la Universidad, Torres Zermeño. Lo hizo Indira sin buscar, antes ni después, a quienes ostentan poderes fácticos en el entorno de la casa de estudios.

El mensaje político de ambas partes fue inteligente: “generar sinergias de colaboración y apoyo que redunden en beneficio del estado y de los colimenses”, según el boletín de la UdeC.

Tras mostrar las fortalezas de la institución en términos académicos, científicos y de cobertura educativa, cultural y deportiva, el rector expresó: “Estamos convencidos de que en la Universidad hay mucha experiencia, mucha historia y mucho prestigio. Al ser una institución pública, está al servicio del estado y de las necesidades de la sociedad colimense”.

Como “orgullosa egresada” de la Facultad de Derecho de la Universidad de Colima, Indira Vizcaíno adelantó que “seguramente tendremos una buena relación para lograr lo mejor para Colima, porque si le va bien a la Universidad, le va bien a todo el estado”. 

Dispuesta a “ver cómo encontramos los ‘cómo sí’ y no los ‘cómo no’ para que le vaya bien a nuestro estado”, Indira ve a la Universidad como a una aliada y a los universitarios como un objetivo de los programas sociales que su gobierno desplegará. 

Habló Vizcaíno de crear 16 mil becas en el nivel superior: una cobertura prácticamente universal para los estudiantes que son de comunidades rurales, y un avance decisivo en el tema de la universalidad que se lograría sumando esas 16 o incluso 20 mil becas del gobierno estatal, con las becas que genera la Universidad y las que se generan en otros lugares. Colima podría convertirse “en un estado piloto en ese sentido”.

“De nuestra parte”, dijo Vizcaíno, esta visita significa “simple y sencillamente un primer encuentro para decirles: vamos a ser, hasta donde ustedes nos lo permitan, uno solo, por el bien de Colima”.


NUEVOS TIEMPOS POR VIVIR

Este ofrecimiento de colaboración por ambas partes, desoyendo voces que han venido apostando por un conflicto entre la Universidad y el Gobierno del Estado, incluso el saliente y ya no digamos el que entrará en funciones el 1º de noviembre, se explica en buena medida porque el rector y la gobernadora electa son generacionalmente afines. 

Indira y Christian sabrán manejar con inteligencia la relación institucional y entender que debemos empezar a vivir nuevos tiempos, no sólo en el ejercicio del poder sino en el cumplimiento de las funciones sustantivas de la casa de estudios.

El conflicto entre Indira Vizcaíno y la comunidad universitaria es una narrativa ficticia. La creó un grupo de poder para generar notoriedad y arrebatarle a la figura del rector el protagonismo de las reivindicaciones universitarias. Se ha querido presentar como conflicto político e incluso ideológico, la mera discusión pública respecto a un tema como la autonomía. 

Es absurdo que en cualquier universidad creada por el Estado se quiera censurar un debate que debe ser permanente, al interior de su cuerpo académico y en su relación con los estudiantes y los egresados, insertos todos en una sociedad que, con sus impuestos, sostiene a una institución pública de educación superior.

Pretender que expresar un punto de vista sobre esta relación Gobierno-Sociedad-Universidad represente un atentado a la institución, es subestimar a su propia planta docente y de investigadores que son gente preparada, por antonomasia la clase pensante de la sociedad.


FEMINISMO PLURAL

Lo que más llamó la atención fue quiénes sirvieron aparentemente como vínculos para este encuentro:

Indira Vizcaíno se hizo acompañar por su excoordinador de campaña, Eduardo Jurado, y por Brenda Gutiérrez, la exalcaldesa panista de Villa de Álvarez y actual delegada en Colima de una de las federaciones nacionales de colegios de abogados. 

Por parte del rector, aunque el boletín lo presentó como parte de la comitiva de la gobernadora electa, el enlace fue Roberto García Avendaño, hombre muy cercano a Torres Zermeño y quien fuera director de Seguridad Pública en la gestión municipal de Brenda.

Gutiérrez Vega contendió por la diputación federal con los colores del Partido Encuentro Social. Y aunque en sentido estricto compitió con el abanderado de Morena, Vladimir Parra, y probablemente contribuyó, pulverizando el voto por la 4T, al triunfo del prianista Riult Rivera, durante la campaña y sobre todo al conocerse los resultados, Brenda, como otros candidatos del PES, ratificó su alianza política de facto con Indira Vizcaíno.

Que Brenda escoltara a Indira a tan importante encuentro, manifiesta la pluralidad del movimiento cuatroteísta en Colima. Vizcaíno es una política de izquierda y Gutiérrez ha mantenido una postura contradictoria a las banderas de la izquierda, especialmente en los temas que les son comunes como mujeres. En coincidencia con los principios del PES y dada su formación religiosa, Brenda se opone por ejemplo al derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo en cuestiones como la interrupción del embarazo.


VERDE QUE TE QUIERO VERDE

Otro acto político interesante fue la reunión el 6 de julio de la gobernadora electa de Colima, Indira Vizcaíno, con la dirigente del Partido Verde, Karen Castrejón, en la sede nacional de ese instituto político.

En el encuentro estuvieron presentes la senadora por la primera minoría en Colima, Gabriela Benavides, y Virgilio Mendoza, quien tras contender por la gubernatura se reintegra a sus actividades como líder estatal del PVEM.

Bien intencionada, la reunión fue inoportuna respecto a la agenda nacional. Apenas dos días después, el periodista Carlos Loret de Mola dio a conocer uno más de los videos grabados por David León, hombre cercano al entonces gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, en donde se ve a otro de los hermanos del presidente López Obrador, después de Pío ahora fue Jesús Martín, recibiendo fajos de dinero en efectivo (150 mil pesos, se informaría después) en el contexto de un proceso electoral.

La revelación del video de Pío López Obrador en el portal Latinus no tuvo mayores consecuencias jurídicas: la UIF y los órganos electorales no encontraron responsabilidades en el caso del hermano o del propio Andrés Manuel. Pero sí políticas: David León, quien en julio de 2020 dejó la coordinación nacional de Protección Civil, ya no pudo asumir el anunciado nombramiento de director de la empresa distribuidora de vacunas, medicamentos y equipos médicos del Estado mexicano.

Y como en aquella ocasión, nuevamente en esta el solo recordatorio periodístico de que, por instrucciones de Velasco Coello, grabaron a los hermanos del presidente con la clara intención de chantajearlos, tensó la relación de López Obrador con sus aliados del Verde.

Cuando se planeó la reunión de Indira con los ecologistas, parecía conveniente adelantarse a un probable escenario de anulación por parte del TEE. Seguramente planearon la reunión pensando en reforzar la legitimación del triunfo que ya estaban haciendo otras fuerzas políticas, y sugerir de paso una alianza formal con el PVEM en caso de comicios extraordinarios. Pero todas las señales que anticipaban la declaratoria de gobernadora electa que emitiría el Tribunal una semana después, volvieron innecesario el encuentro de Indira con Virgilio.

A la corta distancia, ya podemos ver que fue un error de agenda, un mal cálculo político que le puede salir muy caro a Indira. Por descontado, ni el Verde ni el Partido del Trabajo se van a pelear con López Obrador una vez definida la Cámara de Diputados y la gobernación morenista en 11 estados más, entre ellos Colima. 

En cambio, es improbable garantizar la sumisión de los diputados del Verde en el Congreso local. Tan sólo Roberto Chapula, quien será uno de los dos plurinominales, tiene por costumbre buscar sus propias negociaciones. Lo hizo incluso siendo legislador del PRI, con gobernadores de su propio partido.

Como el PT, los verdes también dependen del acuerdo con AMLO. Y quizá habría servido a la gobernabilidad de Morena en Colima, dejar correr más tiempo antes de llegar a acuerdos locales. Es más, debieron dejar que operadores del más alto nivel se encargaran del asunto, porque ni Joel Padilla ni Virgilio Mendoza se mandan solos. La negociación debió ser con los dueños del Verde, no con los franquiciados.


POR LA PUERTA DE ATRÁS

La lectura entusiasmada de los dividendos que dejará al PVEM este encuentro con la gobernadora electa, es un recurso discursivo que sirve como tabla de salvación a los periodistas que formaron parte del nado sincronizado.

Ahora están diciendo que, gracias a Virgilio, Indira ganó la gubernatura cuando, la verdad, los candidatos del Verde fueron parte de la estrategia local para que Vizcaíno, primero, no obtuviera la candidatura de la 4T y, luego, no ganara la elección a gobernador. 

Mendoza Amezcua fue en el primer momento la propuesta para integrar a todos en contra de Morena, pero no le favoreció la intención del voto. Más tarde, Leoncio Morán tampoco funcionó como factor de unidad.

La oferta electoral del Verde, con cuadros priistas como Agustín Morales en la búsqueda de la diputación federal, o José Manuel Romero Coello en la de la alcaldía capitalina, resulta por demás intrigante. Ciertamente, muchos se explican que los principales cuadros del PRI vinculados con el gobernador Ignacio Peralta se fueran al Verde, como una fase preparatoria para la entrega del bastón de mando. 

Pareciera, entonces, que esa fuga de connotados priistas al PVEM, más que una ruptura de Nacho con el partido que lo llevó al poder fue una operación política para acercar a sus colaboradores a una negociación con el nuevo régimen. No se fueron, los mandaron. En ese sentido, la aparente maniobra fue utilizar al PAN, mantenerlo al lado del PRI para que no capitalizara el voto de castigo a Peralta, y acercar los cuadros peraltistas a la 4T vía el Verde. 

Pero si ese fue el propósito, la fórmula no funcionó. Morena ganó la gubernatura, pero la cooperación del Verde no le ayudó. Incluso se puede pensar que el PVEM fue determinante para que los candidatos de la 4T perdieran en Colima, Villa de Álvarez, Cuauhtémoc o Comala.


UNA CUESTIÓN DE PESO

Camino a su toma de posesión, Indira debe buscar las alianzas que se le negaron en la contienda electoral, mas no puede caer en las trampas de sus repentinos amigos.

Es verdad que en campaña se movieron estructuras corporativas del PRI, como las de la CROM en Manzanillo, pero únicamente en apoyo de Indira y no de las otras propuestas de Morena, porque el objetivo no era propiciar el cambio sino, ante la inevitabilidad del triunfo de Vizcaíno, modelar un escenario político donde la titular del poder ejecutivo no tuviera el respaldo del legislativo ni a correligionarios presidiendo los ayuntamientos más importantes.

Vizcaíno les ganó a todos los candidatos que estaban unidos contra ella, pero fue ella contra todos los demás. Virgilio no hizo el juego de distraer votos para el prianismo. Él jugó a ganar, aunque la sociedad lo rechazó. De hecho, gastó más que Indira. Y esa valoración la tiene que hacer la gobernadora electa, porque sería muy lamentable que candidatos perdedores y políticos cuestionados acaben entrando al gabinete legal o al ampliado, con base en esa teoría del restablecimiento de la unidad.

Las negociaciones tienen que darse con base en pesos específicos: la gente habló en las urnas, y en Manzanillo, presunto bastión del Verde, fue claro el rechazo a la continuidad de un proyecto político que rompe los límites entre lo público y lo privado.

¿Cuál va a ser el costo interno de esta reconciliación con Virgilio, cuando la reelecta Griselda Martínez en el puerto acusa a Virgilio de corrupción en el caso de la tarjeta de crédito que siguió pagando la administración de Benavides?

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