QUOD SCRIPSI, SCRIPSI

HORACIO ARCHUNDIA

LA DESAPARICIÓN DE AUTORIDADES AUXILIARES. Conforme a la Ley del Municipio Libre, el cabildo está facultado para crear o eliminar las dependencias que considere necesario el pleno. Así que al desaparecer las delegaciones de Campos, Tapeixtles, Valle de las Garzas, Las Brisas, Salagua y Santiago, el ayuntamiento no comete ningún delito. Solo hace uso de sus facultades. Y si bien parece injusto que solo hayan dejado en funciones las que han demostrado servilismo y obediencia ciega con la alcaldesa, también lo es que ninguna de esas autoridades auxiliares ha servido para maldita l cosa, como no sirven los comisarios y presidentes de juntas municipales. Las poblaciones parece que no tienen quién gestione por ellas y no hay obras ni servicios que evidencien que de verdad auxilian al ayuntamiento atendiendo a la gente. Igual delegaciones que juntas municipales y comisarías son meros fantasmas ineficientes. Unos porque no les permite operar ni los apoya la alcaldesa y otros porque no tienen iniciativa y son comodinos que se dedican a cobrar las quincenas. De modo que da lo mismo que existan o no. Lo que sí causa natural inconformidad es que haya mantenido a sus lambiscones, a los que igual que los otros no destacan por sus resultados pero sí por aplaudirle y festejarle cuantas decisiones tome. Como sea: El ayuntamiento está actuando conforme a Derecho y el único recurso que pueden utilizar los habitantes de esas demarcaciones es recurrir al Tribunal de lo Contencioso Administrativo, que es la única instancia que pudiera ordenarle al ayuntamiento la restitución de esas dependencias, aunque éste órgano colegiado podría también si se lo ordenan, acudir a instancias superiores y alargar el asunto. La decisión se toma en vísperas del relevo de las autoridades auxiliares que debe ser entre febrero y marzo, pero la propia ley faculta al ayuntamiento a designar de forma directa a los funcionarios que le auxilien en los pueblos y delegaciones. A nuestro leal entender deben desaparecer las elecciones de autoridades auxiliares y el presidente municipal en turno debe nombrar a quienes considere pueden apoyarle en las localidades como gestores y promotores de obras y servicios. Porque las elecciones generan gastos, división y conflictos y además es lógico que el alcalde en turno busque gente de su confianza, no «grillos» ni sujetos protagónicos que traten de rebasarlo. La decisión que tomó Griselda Martínez es la correcta y si acaso hay algo que pueda reprochársele es que no fue equitativa, dejando a sus consentidos y apartando a los que no comulgan políticamente con ella. Lo ideal sería la desaparición de las elecciones y la designación directa de todos los comisarios, delegados y presidentes de juntas municipales.


Que a nadie le escandalicen las decisiones de la alcaldesa. Cada quien tiene su forma y su estilo de hacer política mientras no viole la ley. Y en el caso que nos ocupa, Griselda está actuando dentro del marco legal.


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