Enfermedad de Parkinson inicia entre los 50 y 65 años, alerta Salud Colima

* Aumenta exponencialmente a partir de 60 años, señala la dependencia estatal

* * Colima está en segundo lugar nacional entre los estados con mayor incidencia

La enfermedad de Parkinson es uno de los padecimientos neurodegenerativos más comunes, sólo detrás de la demencia por Alzheimer, y suele iniciar entre los 50 y 65 años, aumentando su incidencia conforme las personas avanzan en edad, informó la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado de Colima, al resaltar que hay una incidencia del Parkinson en menores de 60 años de 3.5 casos por cien mil habitantes y aumenta exponencialmente a 26.9 casos por cien mil habitantes para personas de 60-64 años, y a 65.9 casos por cada cien mil habitantes en mayores de 65 años.

El médico internista Roberto Carlos Morales Salazar, subdirector médico del Hospital General Tecomán, refirió que se estima que esta enfermedad afecta a alrededor de diez millones de personas en todo el mundo y se espera que esta cifra se duplique para el 2040, a medida que la población mundial envejece.

Informó que México cuenta actualmente con una incidencia de 14.9 casos por cada cien mil habitantes, y dentro de los estados con mayor incidencia, Colima se encuentra en segundo lugar a nivel nacional con 23.5 casos por cada cien mil habitantes, sólo atrás de Sinaloa con 27.6 casos, en la misma proporción.

La enfermedad de Parkinson tiene un impacto significativo en la salud mental y emocional de las personas, lo que puede llevar a la ansiedad y depresión. Añadió que además de los síntomas motores, este padecimiento puede provocar otros síntomas no motores, como depresión, ansiedad, trastornos del sueño, problemas de memoria y dificultades para hablar y tragar.

Indicó que los síntomas del Parkinson pueden afectar la capacidad de una persona para realizar tareas cotidianas y tan simples como vestirse, abotonarse, rasurarse, peinarse o darse vuelta a la cama, cocinar, utilizar cubiertos, manejar, etcétera, lo que puede provocar una pérdida de independencia y autonomía.

Los signos y síntomas pueden variar de una persona a otra, aun cuando algunos de los más comunes incluyen temblor en reposo, rigidez muscular, lentitud de movimientos y problemas de equilibrio y coordinación, concluyó el doctor Morales Salazar.


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