Analizan la cultura de paz jóvenes de México, Colombia y Guatemala

*Esto en un conversatorio virtual organizado por el Bachillerato 32 de la Universidad de Colima, ubicado en Suchitlán.

Organizado por el Bachillerato 32 de la Universidad de Colima, esta semana se realizó de manera virtual el conversatorio “Libertades, cultura de paz y derechos humanos en la educación”, con el objetivo de generar un espacio de encuentro interactivo y de propuesta donde activistas y liderazgos sociales de México, Colombia y Guatemala pudieran compartir con los estudiantes del plantel su amplia experiencia y compromiso en este tipo de temas.

En su intervención, la especialista en cultura de paz positiva y liderazgo, Andrea Palomo, señaló que la paz debe ser considerada, más que un ideal, “como un estado que se puede construir día con día por cada uno de nosotros desde los espacios en los que nos desempeñamos; la construimos desde sentirnos plenos con lo que hacemos, sonreírle a los demás o hacerle un favor a alguien”.

Además, enfatizó la importancia de encontrar, desde el ámbito educativo, las habilidades y talentos de las personas para ayudarlas a potenciar y desarrollar esas cualidades al servicio de sus comunidades; “creo que participar en labores sociales permite a los estudiantes desarrollar habilidades y aplicar sus conocimientos con ideas que impulsen el desarrollo social y económico de nuestro país”.

Por su parte, el promotor y defensor de los derechos humanos colombiano, Johan Jaramillo comentó que, desde su perspectiva, educar para la paz es crear un hábito de acciones cotidianas de solidaridad y la responsabilidad de asumir como un estilo de vida los derechos humanos, los valores de la democracia y una ética de la comunicación; “en cuanto a los valores de la democracia, me refiero principalmente a la honestidad, el pluralismo, la diversidad, la libertad, la justicia social, la tolerancia, la igualdad, el respeto, el bien común, la dignidad y la legalidad”.

Aseguró que es importante que “todos nos reconozcamos como agentes de promoción de la tolerancia y la paz, pues se trata de un asunto que compete a todos los seres humanos. Hacer parte de nuestra día a día la vivencia de estos valores, con las acciones más sencillas que realicemos a diario y que comienzan con expresar un ‘hola’, ‘gracias’, ‘por favor’, abonarán a esta campaña de solidaridad que, desde mi experiencia y perspectiva, forma la cultura de la paz”.


Por su parte, la especialista en políticas públicas para América Latina y egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, Esther Pérez Macías resaltó como un factor importante para la paz, formar la capacidad de autogestión en los jóvenes desde los espacios educativos y aprender a reconfigurar el concepto que tenemos de los conflictos; “reconfigurar el conflicto nace de la necesidad de poder dotar a las personas de una visión que les permita poder identificar el conflicto y tomar las decisiones pertinentes al respecto”.

Destacó que educar para la paz es también la capacidad de crear redes y vínculos donde no solamente las juventudes, sino también las infancias y toda la comunidad en general “sean capaces de crear lo que conocemos como tejido social; se trata de crear redes que permitan incidir en acciones de cooperativismo y solidaridad”.

En su momento la embajadora, activista y promotora de los derechos humanos de Guatemala, Carolina Letona destacó la importancia de sanar, esto como un derecho humano integral, desde el aspecto psicosocial y el de salud física, hasta la salud medioambiental; “también quiero tener mucha claridad en la necesidad de la desnormalización de cualquier forma de violencia, así como de desarrollar la capacidad de escucharnos con empatía y asumir el compromiso de finalizar todas las acciones que nos roban la paz, empezando por nosotros mismos”.

Por su parte, la activista oaxaqueña Lucero Padilla habló de la importancia de promover en los planes de estudio programas relacionados con la cultura de paz. Como ejemplo citó el caso de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, donde recientemente se puso en marcha un programa a través del cual se realizan seminarios, paneles, conversatorios y diversas actividades académicas con la finalidad de darle un carácter transversal a la cultura de paz; “me parece también que fomentar las actividades culturales y artísticas es un detonador de la cultura de paz en nuestras comunidades académicas”.

Además, habló de su experiencia participando en capacitaciones para docentes de educación media superior y superior donde los profesores, dijo, han expresado conocer y abordar con sus estudiantes los temas de violencia, pero sin conocer una ruta específica para tratar dichos temas; “como parte de estas intervenciones es importante capacitar en temas de conciliación y mediación y poder llegar a la resolución de conflictos en los ámbitos educativos”.

A este encuentro acudieron el rector de la Universidad de Colima, Christian Jorge Torres Ortiz Zermeño; la presidenta del Voluntariado Universitario, Blanca Liliana Díaz Vázquez, el director del Bachillerato 32, Cirilo Topete Alcaraz y el profesor del plantel Edder Pérez Reynaga, quien fungió como moderador.


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