GOBERNADORA ELECTA
En contrasentido de una notoria campaña en la prensa oficialista para establecer la viabilidad de la impugnación a los comicios para la gubernatura, van los mensajes políticos enviados por las autoridades.
El primero lo envió el presidente López Obrador al reunirse con los gobernadores electos emanados de Morena. El ejecutivo federal entiende la situación que priva en cada entidad federativa y sabe que la mayoría de los recursos interpuestos por los partidos derrotados corresponden, más que a un afán de revertir el resultado, a una intención de negociar con los futuros mandatarios.
Más que cargos en el futuro gabinete como ocurría en las transiciones entre gobiernos de un mismo partido, en el paso de un régimen priista a uno de la Cuarta Transformación quienes se van buscan negociar la continuación de privilegios y, especialmente, de los negocios que los grupos gobernantes han venido haciendo al amparo del poder.
Ya hemos señalado que, en el caso de Colima, el propósito de esta post-campaña en contra de Indira Vizcaíno es restar legitimidad a la gobernadora electa. Pero, además, quieren aplazar el proceso de entrega-recepción: los funcionarios de la administración saliente están buscando ganar tiempo al tiempo.
Frente a la noción que tenemos los colimenses del desastre administrativo y financiero que dejará Ignacio Peralta, una de las estrategias es aplazar el cambio de estafeta, al tiempo que se realizan esfuerzos enormes para cuadrar las cifras. En jerga de novela policiaca, quieren enterrar los cadáveres que guardan en los armarios.
En ese contexto, a los promotores de la impugnación les cayó como un baldazo de agua fría la reunión de Indira con Andrés Manuel, porque produjo un efecto contario a su intención de debilitarla: la foto de Vizcaíno Silva en Palacio Nacional reforzó la idea de un triunfo legítimo.
Y aunque el tema de las impugnaciones no se resolverá en el despacho presidencial sino en los tribunales electorales (pese a lo que crea Silvano Aureoles, quien fue a tocar a la puerta mariana sin que el presidente López Obrador aceptara recibirlo porque, dijo, el gobernador de Michoacán fue a tratar “cuestiones electorales” y a hacer “acusaciones de tipo político”), el respaldo del mandatario nacional a los gobernadores electos conlleva un rotundo mensaje político.
FOTOS Y RECUERDOS
Los equipos jurídicos del gobierno federal tienen bien clara la situación judicial de las elecciones en cada estado, el presidente no se va a tomar la foto con alguien que sabe que podría perder. El mensaje es unívoco: estos son los futuros mandatarios de los estados donde ganó Morena.
Uno de los primeros en entender el significado fue el gobernador Peralta. Con base en testimonios recabados por esta redacción, JIPS se comunicó con Indira Vizcaíno para invitarla a sostener el encuentro. Una vez celebrado, así lo informó IVS en sus redes sociales:
“Hoy me reuní con el Gobernador José Ignacio Peralta Sánchez, en este cordial encuentro dialogamos sobre el futuro de nuestra Colima. Mi compromiso es trabajar para mejorar las condiciones de vida para las y los colimenses.”
Es de suponer que Nacho no hubiera querido darle difusión al encuentro. La foto desató por lo visto los reclamos de los aliancistas, quienes le deben haber reprochado a su líder nato que aceptara sumarse implícitamente al anuncio presidencial de una transición pacífica. De otra manera no se entiende el tono ni el contenido del mensaje que Peralta publicó en su cuenta oficial de Facebook:
“Recibí en Casa de Gobierno a Indira Vizcaíno Silva, candidata ganadora de la elección a la gubernatura del Estado. Hablamos sobre diversos temas de importancia para nuestra entidad. Cabe mencionar que el proceso de entrega-recepción dará inicio una vez que se califique la elección.”
Era innecesaria la precisión. Tanta claridad que raya en la descortesía sólo se explica por el reclamo de la vieja guardia priista que debe haber puesto el grito en el cielo por lo que estaba enunciando políticamente el gobernador, nada más al posar junto a Indira teniendo de fondo la bandera como un símbolo de la institucionalidad del encuentro.
Se les prendieron las alertas a los promotores de la impugnación, lo mismo cuadros dirigentes del PAN quienes usan el recurso legal para llegar a un arreglo de negocios, que cuadros dirigentes del PRI con el sueño de lograr una anulación que les permita replantear, en una elección extraordinaria, la estrategia del Tumor: Todos unidos contra Morena. Y es que la disposición de Nacho a iniciar el proceso de transición desactivaría todas las acciones que se habían pensado para descalificar el triunfo de Indira.
Otros actores que habrían entendido el mensaje son los magistrados del Tribunal Electoral del Estado (TEE): tras ver que a Indira la recibió el presidente y el gobernador, se la pensarán dos veces antes de torcer mañosamente la elección.
REUNIÓN CON JIPS
Lo cierto es que Indira no puede esperar hasta que el TEE le dé la calificación para emprender acciones inherentes a la toma del poder. Su reunión con el presidente López Obrador es ya un acto anticipado de gobierno. Se le puede tomar como una de las primeras gestiones ante el Gobierno federal, porque sin duda le expresó al jefe del Estado la conflictiva situación que vive Colima en todos los campos.
Estas anticipaciones son perfectamente entendibles en una sociedad moderna y un sistema democrático como el que tenemos, al margen del respeto a las instituciones y la civilidad política que debe prevalecer. Ella ya tiene una constancia de mayoría, su triunfo está acreditado, lo que está por verse es si el resultado se puede alterar o si el proceso se puede anular, pero de lo que hay certeza es que Indira ganó la elección. Por lo tanto, mientras no se desvirtúe judicialmente esa certeza la futura gobernadora debe empezar a prepararse para asumir el cargo el 1º de noviembre.
En ese sentido, si tiene una constancia de mayoría es perfectamente válido que se dé el encuentro con el mandatario saliente. En todos los estados donde habrá cambio de gobierno, se han venido dando acercamientos similares.
Sin duda, el presidente López Obrador le preguntó a Indira si ya se había entrevistado con Peralta Sánchez. Y cuando ella informó que no, es presumible que la propia oficina de la Presidencia o, en todo caso, la Secretaría de Gobernación haya hecho las gestiones con Casa de Gobierno en Colima para que sucediera.
Esto que se puede entender dentro de una racionalidad política y administrativa, le hizo mucho ruido a la vieja clase política que entendió el mensaje como una indicación para desactivar todas las alternativas que han estado pensando para socavar el triunfo de Indira. No aceptaron pues la orden de su jefe nato, el gobernador Peralta. Vino el reclamo y Nacho reculó.
IMPUGNACIONES
En busca de la reelección, el edil tecomense Elías Lozano Ochoa optó por meter sucesivos permisos sin goce de sueldo por menos de 15 días, durante los dos meses que duró la campaña. La alternativa que ha sido el recurso tradicional de los munícipes que buscan otra oportunidad política, era solicitar licencia para separarse del cargo por tiempo indefinido, al menos durante el tiempo electoral.
La primera opción implicaba que el despacho de la alcaldía quedara en manos del secretario del Ayuntamiento, Humberto Uribe. La segunda habría obligado a que su suplente en la Presidencia Municipal, José Luis Cázares, entrara al relevo.
Lozano decidió jugar una carta jurídica muy arriesgada por recomendación de su asesor legal, ya que –desde su perspectiva– dejar el cargo en manos de su suplente suponía un gran riesgo político: Cázares habría volteado al cabildo en contra del alcalde con licencia; habría promovido la destitución del secretario, el oficial mayor y el tesorero; y habría gestionado la designación de nuevos funcionarios a los que Elías, al volver a la Presidencia Municipal, sólo hubiera podido remover con mayoría calificada de los regidores.
Para los partidos que promueven la impugnación, Lozano incumplió la ley electoral: aunque tuviera permiso sin goce de sueldo, seguía siendo presidente municipal y el haber hecho campaña en esa calidad implica el uso indirecto de recursos públicos.
Según los abogados de la defensa, no se ha podido demostrar que Elías dispuso del erario para su campaña y está acreditado que el alcalde sólo participó en acciones de proselitismo los días en que tenía permiso sin goce de sueldo. Por lo demás, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ya se han ventilado casos similares a los del alcalde de Tecomán, y los magistrados le dieron la razón al funcionario público impugnado.
MONEDA DE CAMBIO
No deja de ser un asunto complicado en términos del derecho electoral: podría ser que el TEE dé la razón a los quejosos, pero que esta resolución no se confirme en la sala regional del TEPJF como segunda instancia; también es posible que Elías resulte inelegible como candidato o, incluso, que se anule la elección de ayuntamiento en Tecomán y haya que convocar a comicios extraordinarios.
En la narrativa del PRIAN, anular la elección de Tecomán alteraría los resultados de los comicios estatales y pondría en riesgo el triunfo de Indira Vizcaíno. En el cálculo aritmético, aun sin los votos de ese municipio, la ventaja de la abanderada de Morena sobre Mely Romero se acorta, sí, pero no en forma significativa.
En esta lógica de impugnar para negociar con un oponente debilitado, el exhorto que hacen a Indira los columnistas del nado sincronizado es que sacrifique a Elías Lozano para garantizar su ventaja. Sin embargo, en un análisis legal, la anulación de la elección municipal de Tecomán no es determinante para el resto de los comicios: ni para el proceso de gobernadora, ni para los de diputados en los distritos locales que tocan el municipio, ni mucho menos para la diputación federal por el segundo distrito.
Por una decisión personal que no fue consultada con su partido, la posición de Lozano Ochoa podría perderse. Los abogados que le recomendaron correr el riesgo están obligados ahora a sacarlo del apuro y sentar un precedente en el estado que, sin duda, definirá la forma en que se hará campaña para una reelección inmediata en el futuro.
Sabemos que los diputados no tienen que solicitar licencia para participar en nuevos comicios, porque se entiende que no manejan recursos públicos en forma directa. Los regidores podrían alegar una situación similar, pero el presidente municipal tendría que acreditar que en ningún momento hizo uso de las prerrogativas del cargo.
GABINETE AMPLIADO
La gira de agradecimiento que inició indira Vizcaíno es una buena estrategia para consolidar políticamente el triunfo que obtuvo en las urnas. Ya sin las presiones de los tiempos electorales, este recorrido le permite escuchar con más detalle los reclamos de la gente.
Si algo demostró la elección es que la ciudadanía quería el cambio al PRIAN, aunque algunos optaron por las alternativas que ofrecían partidos como MC o el Verde. Apelando a aquellos que tuvieron a Indira siempre como segunda opción en el caso que Virgilio o Locho declinaran, el gran desafío de la gobernadora electa es que, al asumir el cargo, su aceptación popular sea mayor a la preferencia electoral que obtuvo.
El primer objetivo de la administración que encabezará Indira será que la 4T aterrice en Colima. Y, como lo ha mencionado la gobernadora electa, esta transformación debe ir de la mano con el gobierno federal. Para ello, ambos órdenes de gobierno necesitan revisar el desempeño de los delegados de la federación. Algunos no han cumplido con las expectativas que se tenían de ellos. Se necesita replantear el trabajo de los funcionarios federales, a partir de una evaluación de lo que hicieron y, sobre todo, de lo que han dejado de hacer.
Es inconcebible una transición sin un cambio de personal en el servicio público, no sólo en el ámbito estatal sino en lo federal. Porque muchos de los que ocupan esos cargos en el gobierno de la república se alinearon con Ignacio Peralta.
Quedan incluso algunos que fueron recomendados por el gobernador de Colima a la administración de Peña Nieto. El mismo presidente López Obrador no ha podido cambiar a la burocracia política. Todavía hay mucho infiltrado, gente que de hecho traicionó al movimiento progresista en estos tres años.
Por eso, se tiene que examinar el papel que han desarrollado esas figuras al frente de dependencias federales, ya sea como titulares, encargados del despacho o en puestos de aparente segundo nivel pero con amplios márgenes de acción. En más de un caso, son públicos y conocidos los vínculos que tienen funcionarios federales con exgobernadores de Colima.
Por mera solidaridad política, el gobierno federal tendrá que atender esos casos de inmediato. De otra manera, en ciertas dependencias más que un aliado Indira tendrá un obstáculo.
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