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AMLO y el agua
Vladimir Parra Barragán
“Agua de Tabasco vengo y agua de Tabasco voy, de agua hermosa es mi abolengo y es por eso que aquí estoy dichoso con lo que tengo”
-Carlos Pellicer
La importancia del líquido vital, que usualmente pasa desapercibida en el día a día, se hace cada vez más visible ante el mundo por su escasez. Tan sólo México, ocupa el 2o lugar de países con mayor estrés hídrico en Latinoamérica y el 10º a nivel mundial, lo cual es un indicador de la vulnerabilidad a la que el país se encuentra expuesto en cuanto al tema de la autosuficiencia hídrica.
Desde el 1er día del Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, se puso de manifiesto la importancia del líquido vital con la cancelación del decreto firmado por el expresidente Enrique Peña Nieto en el que se eliminaba la veda de 300 cuencas y se abría la posibilidad de explotar el agua en favor de la industria por 50 años. Fue entonces que el Presidente López Obrador señaló: “Acaban de firmar apresuradamente un acuerdo para privatizar el agua. Ese acuerdo va para atrás, se va a derogar. Ya no va a haber privatizaciones”.
Es bajo esta visión, que detrás de cada decisión se ha buscado erradicar las privatizaciones y defender al agua como un bien común y su acceso como derecho humano.
Otro ejemplo de que esta visión se ha mantenido congruente, es la construcción de la cervecera Constellation Brands en Mexicali, Baja California, en donde a finales de 2020 se realizó una consulta ciudadana en donde los pobladores decidieron que se cancelará su edificación por falta de agua, por lo que de manera expresa, el presidente solicitó a María Luisa Albores, Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, que no se otorgara el permiso para que la planta operara.
Esto no solo pone de manifiesto que existen ciudades donde ya resiente el estrés hídrico, sino que también destaca la importancia y el poder de la participación colectiva sobre un recurso que es de todas y todos por igual.
Tal es el caso de la construcción del Acueducto Yaqui al sur de Sonora, con una inversión de 2 mil 165 millones de pesos, proyecto que Andrés Manuel López Obrador comenzó con el fin de llevar agua potable para uso doméstico, libre de arsénico, plomo, sodio, manganeso y coliformes fecales a más de 50 comunidades Yaquis, que historicamente han tenido que salir en defensa del territorio ante proyectos de extracción de agua, gas, minerales y maderas preciosas, sumado al asedio del crimen organizado y el despojo de sus tierras.
Al igual que en el caso de Constellation Brands, la construcción del Acueducto Yaqui se realizó mediante una consulta libre, previa e informada, que implicó la realización de 30 mesas de trabajo, durante las cuales los Gobiernos Yaquis eligieron de forma unánime su construcción de entre diversas opciones contempladas.
Más recientemente, unos de los casos que han puesto en alerta a todo México a causa del estrés hídrico, son Jalisco y Nuevo León. El Presidente se ha reunido con los gobernadores de ambos estados con el fin de atender la situación a través de obras que garanticen el abastecimiento y el acceso al agua a los domicilios. Hecho que ilustra como la escasez de agua no es un problema futuro, sino presente, y que se seguirá agudizando en el resto de los estados ante el aumento de la demanda, la falta de captación o recolección en los pozos o fuentes de agua, el rezago en la infraestructura, el aumento demográfico, la falta de cultura de cuidado del agua, el uso industrial, entre muchos otros factores.
A pesar de la gran cantidad de retos originados por la escasez del agua, a 3 años de que se implantará la Cuarta Transformación se han sentado las bases, de un cambio profundo. Pues como el Presidente señaló en su discurso en el Zócalo capitalino con motivo de sus 3 años de Gobierno: “Mientras estemos en el gobierno no se permitirá el ingreso de maíz transgénico; no se usará fracking para la extracción de crudo; no se otorgarán nuevas concesiones mineras; no se sobreexplotarán los mantos acuíferos; no se permitirá la tala de selvas y bosques; no se autorizará la instalación de basureros de desechos tóxicos o peligrosos; no se permitirá operar a ninguna empresa que no tenga planta de tratamiento de aguas negras; no se permitirán violaciones a la norma de calidad del aire ni cualquier actividad que dañe la salud, destruya el territorio o afecte el medio ambiente”. Promesa que ha sido cumplida, hasta el día de hoy, en cabalidad.
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