Rogelio Javier Alonso Ruiz
Según información proporcionada por un medio local (t.ly/BTlU), el profesor Adolfo Núñez González, secretario de Educación y Cultura de Colima, aseveró que en el Instituto Colimense de la Infraestructura Educativa (INCOIFED) había “delincuentes de cuello blanco”, cuyos daños a las instalaciones escolares eran mayores que aquellos provocados por “el delincuente que llega por las noches a robar”. Es muy probable que en su amplia trayectoria laboral el experimentado docente haya sido testigo de lo que muchos han presenciado en las escuelas: el descuido de la infraestructura y la inflación irracional de los costos de obras y equipamiento. Ya sea por omisión o por corrupción, el estado físico de muchos planteles se ha deteriorado.
En un sistema educativo en el que, de acuerdo a cifras recientes (INEE, 2016) ni siquiera la mitad de los centros escolares de educación primaria del país cuentan simultáneamente con servicios básicos de agua, luz y drenaje (45%) y tres de cada 10 planteles no dispone de tazas sanitarias suficientes para sus alumnos, las acusaciones lanzadas por el profesor Núñez González parecen tener un respaldo irrefutable. Sin embargo, es necesario no perder de vista lo que sucede en la entidad, sobre todo ante la ola de robos –de magnitudes probablemente inéditas– de la que han sido víctimas los planteles educativos colimenses.
En la entidad no son pocos los ejemplos de desatención a la infraestructura educativa por parte de las autoridades. En Cuauhtémoc, Colima, una secundaria en un pequeño poblado fue víctima de actos vandálicos en sus instalaciones hidráulicas. Pese a las múltiples solicitudes y que incluso una de las maestras ha costeado, con recursos propios, los materiales necesarios, las reparaciones seguían sin realizarse al menos hasta hace algunas semanas. En el centro de la capital fue robada tubería de una escuela primaria, afectando el suministro de agua. La autoridad se limitó a cuantificar los daños y señalar que, en caso de requerir sus servicios, los trámites iniciarían un mes después; los padres de familia terminaron pagando los arreglos. Otras escuelas siguen a la espera de bombas hidráulicas o reparaciones en sus instalaciones eléctricas para poder reanudar sus labores presenciales.
Tan lamentables los actos de corrupción señalados por el secretario, como regatearle a una escuela la adquisición de equipos o materiales por, en algunos casos, dos mil o tres mil pesos. Tan nocivo el mal uso de recursos, como la excesiva lentitud en la atención a reparaciones de la infraestructura escolar. Se afecta al derecho educativo al permitir actos de corrupción en la construcción de escuelas, pero también al atentar contra la gratuidad del mismo.
La identificación de “delincuentes de cuello blanco” de la infraestructura educativa obliga a realizar las investigaciones pertinentes y, en su caso, castigar las irregularidades en las que se incurrieron. De lo contrario, los señalamientos se diluirían en un episodio más de impunidad, de esos tan frecuentes que ya hasta provocan enfado. Ojalá, por el bien de la educación colimense, se sancione lo que se hizo mal en el pasado, pero, también, se juzgue con rigor lo que se hace en el presente. Que no se vea únicamente la paja en el ojo ajeno. Ojalá la administración gubernamental entrante inaugure una época en la que se salvaguarde la dignidad de un espacio físico que debería ser sagrado para la sociedad: la escuela. Que no se escatime en la decencia de las escuelas. Que nunca más se vuelva a escuchar la nefasta respuesta, «es que no hay dinero», cuando se trate de recuperar el agua, la electricidad o el drenaje. La acusación lanzada por el secretario es fuerte; de la misma intensidad deberá ser el ejemplo que se ponga. Tienen la oportunidad.
*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía.
Twitter: @proferoger85
REFERENCIAS
INEE (2016). Infraestructura, mobiliario y materiales de apoyo educativo en las escuelas primarias. ECEA 2014. México: autor.
Más historias
Colima a la vanguardia de la protección jurídica de los animales de abasto
Este sábado en Manzanillo será el Campeonato de la WBC de Muay Thai, Boxeo y MMA
ESTACIÓN SUFRAGIO