HORACIO ARCHUNDIA
LA API, SOLIDARIA CON LA CIUDAD. Ha transcurrido la mitad de la temporada de lluvias y la laguna del Valle de las Garzas no se ha desbordado ni ha sido rebasada en su capacidad gracias a los trabajos de mantenimiento del dragado que ha desarrollado la Administración Portuaria Integral de Manzanillo. Con mucha atingencia, la administradora portuaria ha estado al pendiente de evitar siniestros y se ha mostrado solidaria con la ciudad atendiendo problemas que, aunque no son de su competencia, constituyen necesidades sentidas de la población. Desde enero, la API mantuvo una intensa actividad de limpieza de los canales y drenes que conducen el agua de arroyos y desagües a la laguna. Se trabajó sostenidamente en retirar cientos de metros cúbicos de lodo y sedimento de los canales y se dejó en general al vaso lacustre en condiciones de albergar las corrientes pluviales sin dificultad. El canal que recibe los arrastres del arroyo de Punta de Agua, por ejemplo, fue desazolvado y puesto en forma de derivar el agua hacia el vaso lacustre y de este hacia el mar. Pero no solo eso: La API destinó además trabajo muy importante a las tareas de desazolve y limpieza de todos los canales urbanos que desembocan en la laguna. Esto es: Los que corren transversales a lo largo de la Avenida Paseo de las Gaviotas, y que permiten desahogar las corrientes pluviales desde los barrios cuatro, cinco y seis a la laguna. Esto ha dado como resultado que a pesar de la cantidad de agua que ha caído, las inundaciones no han dejado las pérdidas que en años anteriores ocasionaban. En suma: La inversión dedicada por la API al mantenimiento del dragado, al desazolve y a la limpieza de la laguna y sus afluentes, ha resultado exitosa. Las copiosas lluvias que este año, con las tormentas Enrique, Hernán, Dolores y Nora, inundaron por pocas horas calles y avenidas pero no causaron afectaciones de la magnitud de otros temporales. Si a esas obras preventivas que ha realizado la API sumamos las tareas que antes, durante y después de cada fenómeno meteorológico se desarrollan limpiando y desazolvando canales, drenes, alcantarillas y enconfrados a todo lo largo del perímetro del recinto portuario, las aportaciones de la API a la ciudad son entonces vitales. Porque desde que la Central de Emergencias Portuarias y la Subgerencia de Ecología tienen conocimiento de la inminencia de lluvias, se despliega un operativo permanente para que cuadrillas de trabajadores se mantengan alertas y hagan rondines limpiando de basura las alcantarillas y el sistema de desagüe en general, al tiempo que se recogen las ramas y hojarasca que arrastra el viento cuando destroza árboles a su paso. Desde San Pedrito hasta Las Brisas, las cuadrillas de API se encargan de evitar que las alcantarillas colapsen con las toneladas de basura urbana que cada lluvia arrastra. La API sigue mostrando, en términos generales, su disposición para respaldar a los ciudadanos ante cualquier contingencia. Eso se llama solidaridad. Así que hasta ahora, y esperemos que así sea siempre, han fallado los pronósticos oscuros de los malos agoreros que hasta andaban incitando a la gente a revueltas y movilizaciones estériles anunciando catástrofes porque, según ellos, no se había dragado la laguna. Esperemos que, por bien de Manzanillo, esos agitadores dejen de hacer grilla y contribuyan al bienestar general.
LA CATÁSTROFE FINANCIERA del gobierno del Estado mantiene angustiados a miles de trabajadores a los que nadie les ha explicado que el gobierno federal no puede legalmente liberar los recursos para lo que resta de la administración peraltista y que cada quince días se requieren al menos seis días de espera para que se radiquen los pagos quincena a quincena. Alguien debiera decirles que los sueldos se retardan porque existen procedimientos que requieren observancia cuidadosa de la ley en la Secretaría de Hacienda, porque se están usando ministraciones anticipadas, es decir, de años venideros. No son dineros que se pueden tomar a la ligera. Paciencia, pues, que sin duda tienen razón en perderla.
POR HOY, BUEN DÍA.
NOS LEEMOS EL MIÉRCOLES.
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